Despertó, no sabía donde, recordaba haber estado en un hostal sacudiendo los sesos al ritmo de "Deicide", bebiendo alcohol, fumando marihuana y teniendo sexo, pero no pudo recordar como llegó allí, asi que regresó al hostal. Al llegar vio un patrullero y periodistas en la puerta y tras ellos cinco bolsas negras, por una de ellas asomaba una mano y en ella reconoció la cicatriz que se hizo de niño.
INSURGENTE